LOS VICIOS DE UNA MALA ESCUELA Y SU FORMA DE ENSEÑAR DOBLAJE AFECTAN A LA INDUSTRIA DE NUESTRO PAÍS.
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“Hoy todo el mundo sufre la ENFERMEDAD DE IR CONTRA EL RELOJ:la creencia obsesiva de que el tiempo se aleja y debes trabajar cada vez más rápido”.
El doblaje de películas y series de televisión es una actividad en la que nos han intentado inculcar de una forma artificial que todo el tiempo de su ejecución estamos atrasados y que el material que estamos doblando se necesita siempre con urgencia. Pero estoy cansado de ver situaciones en las que todos corremos como desesperados y después por diferentes motivos el material queda dormido durante un tiempo hasta que se realiza la mezcla final.
Independientemente de los problemas organizativos que pueda tener cada empresa (motivo principal de las prisas injustificadas), es responsabilidad del director poner un coto a esa prisa permanente y designar un tiempo razonable para la concreción de un trabajo, ya sea para decidir cuantas jornadas de grabación le dedicamos al proyecto -dependiendo de la cantidad de actores involucrados- y cuánto tiempo a cada actor individualmente.
Si nos enfocamos en esa unidad mínima que se realiza en el apartado de preproducción, hablamos de la citación de cada actor, además de ser lógicos en las necesidades reales técnicas y artísticas tenemos que ver y valorar qué hacemos con ese tiempo.
Y aquí en esa decadencia por una falta profesional de orden en las producciones se deriban otros problemas que nos lleva a una formación errónea de los actores del doblaje en Colombia y Sudamérica.
La realidad es que ciertos talleres de doblaje (es un tema para más adelante su proliferación desmedida y como conectan con una salida laboral) se toman como una virtud el arte de la adivinación a la hora de grabar pues no utilizan ninguna técnica de enseñanza y trabajan sobre la falsedad de que en el doblaje solo se es bueno si se es muy rápido como actor en el atril.
Y no estoy hablando del horóscopo ni de poderes especiales que parece ser que aparecen cuando se dobla sin mirar a la pantalla basando la sincronía en lo escuchamos en los audífonos, me refiero a la (mala) costumbre de grabar sin haber ensayado una vez de haber marcado las pausas y los off.
Aparentemente ven como una ventaja el hecho de saltarse la etapa de ensayar, y entonces lo que hacen -en función de lo que ven en el guión y escuchan por los auriculares- es “tirarse a la pileta” para grabar lo que van leyendo sin siquiera primero ver el material en cuestión.
¿Ustedes manejarían su carro de oídas?
De esto se desprenden varios problemas observados como director en mi larga vida profesional.:
Esa práctica solo puede dar algún tipo de resultados positivos cuando el actor ya conoce su personaje que viene grabando hace tiempo y si lo que tiene que grabar son reacciones pequeñas como risas o gritos, incluso algún texto muy corto en donde el actor gana frescura al sorprenderse a medida que lo ve. Pero esa realidad siempre es algo que llega solo para algunos genios con mucho entrenamiento, y que puede hacerlo gente con horas de vuelo y experiencia, DE NINGUNA MANERA puede ser un requisito para alguien que recién comienza y menos ser la base de la formación.
Cuando un actor se inicia tiene que prestarle atención a muchísimas cosas y uno necesita ser paciente y explicar todo lo necesario. Un diálogo que no termina de entenderse, una situación confusa, una escena o progresión que no sabemos hacia dónde va o un clima determinado, son muchas de las cosas que requieren una o más visualizaciones para terminar de comprender. No todo es la sincronía como algunos ponen sobre todo en el doblaje latino.
Normalmente para detectar el subtexto de una línea o incluso de una escena, no alcanza con una pasada. Por lo tanto, un buen director genera en sus convocatorias o debería hacerlo, la dinámica de la sala por medio de tener en cuenta los tiempos de ensayo. Además, el ensayo es necesario para entender el ritmo, las pausas, la proyección, es decir todo lo referido a la técnica del doblaje que se relaciona íntimamente (y condiciona) la actuación. Tampoco podemos olvidar la contención emocional que puede necesitar un actor para sentirse cómodo y de esta manera mejorar su desempeño.
Con la práctica y la experiencia ambos tiempos se van mejorando. Tanto la comprensión de la escena como la cantidad de tomas necesarias se va optimizando y el tiempo total de grabación mejora.
El lado oscuro de aquellos que se denominan ¡famosos actores de doblaje! Y que cuentan historias a los pobres alumnos que caen en sus manos para disimular se mediocridad profesional:
Lamentablemente la enseñanza del doblaje de películas en Colombia, es una actividad que permite que los involucrados en el proceso se limiten a “llenarles la boca a los monitos”. En el mejor de los casos la única preocupación que tienen es que no haya faltantes o que las cosas queden largas o cortas.
Pero un doblaje que no se nota y cuyas interpretaciones no molestan va por otro lado. La premura permanente da como resultado doblajes donde si cerramos los ojos podemos escuchar que son lecturas a primera vista faltantes de ningún tipo de interpretación y con una musicalidad falsa en cada uno de sus expresados.
Desde el punto de vista práctico, para intentar hacer algo así con un mínimo de posibilidad de estar haciendo un trabajo profesional (que es por lo que te pagan) y realmente ganar tiempo, los guiones también tendrían que estar en condiciones como para confiar ciegamente y no cuestionarse nada, y eso es algo que MUY pocas veces sucede. Aquí aparece la figura del ajuste que normalmente salvo honrosas excepciones pocos directores hacen a cabalidad y esperan a estar en sala para hacerlo sobre la marcha con el perjuicio que esta realidad crea en el producto pues se corre el peligro de crear una nueva versión y saltarse a la torera el trabajo del traductor.
Y de todo esto surge otro motivo por el cual no lo creo conveniente y es que, como director, También este necesita del ensayo, de la preparación de la película y el estudio de los personajes y su comportamiento dramático en cada escena. Entre otras cosas es necesario visualizar con mucho tiempo y varias veces la película y claro eso no, ¿Quién aguanta ese martirio? ¡qué mamarrachos que después se pavonean de que son directores de doblaje consagrados. El director necesita aprender como si una partitura fuera quien habla, en qué circunstancias, a quien, qué dice el guión, cómo se arma el diálogo, que pasa con la sincronía, la traducción, etc.
¿Cómo fue entonces que la velocidad se convirtió en una virtud frente a la actuación en este país?
Si tenemos claro que lo que hace a un buen doblaje es una buena actuación, que la técnica es algo que puede aprenderse en centros de enseñanza serios y profesionales que tengan experiencia en la pedagogía y sus profesores estén en activos como profesionales o hayan sido grandes de esta profesión, qué conozcan la tecnología pues con ella podemos hacer doblar (con mucho sufrimiento) a cualquiera ¿por qué se pregona la velocidad como algo positivo? No se dan cuenta que hay mucha competencia en el mundo del doblaje en español y que lo que hace mal un estudio le cae como mala fama a toda la industria del país.
En esta actividad hay mucha gente al frente de una sala, a la que no le interesa ni lo más mínimo el doblaje y menos la calidad o peor están tan desvirtuados que no la entienden. Son treinta años de experiencia en el doblaje y la dirección de cine y al principio tengo que reconocer que no tenía mucha idea de lo que estaba haciendo y lo importante de mi profesión. Pero la vida te obliga a aprender de tus errores y más cuando acumulas años como es mi caso. Pero si hay algo que no tolero es a aquellos que ocupan un lugar de privilegio -uno que muchos quisieran ocupar-, que tienen el poder de dar e incidir directamente en el trabajo de otra gente pero que esto les importa poco y nada los resultados y sí su poder laboral y el dinero que ganan sin más.
A los que uno a aquellos directores y actores que lo único que les preocupa es sacarse el material de encima lo antes posible y empezar otro que le sumara su peculio diario o semanal. Alguien que puede actuar pero que no domina la técnica es un incordio. Y tampoco aguanto a aquellas personas que “meten” se inventan y sustituyen la letra sin importarles que todo quede leído y sin interpretación y se crean que haciendo eso son lo mejor del entorno. De todo esto y mucho más no me cuesta entender que la velocidad se haya convertido en una virtud más cuando en esta profesión todo el mundo chismorrea del otro, pero no le ponen esplendor a su trabajo.
Mi opinión del asunto:
La mejor definición de cómo me gusta trabajar es la que una vez me dio el actor de doblaje Rogelio Hernandez (Voz oficial de Marlon Brando, Jack Nicholson, Paul Newman, entre otras). Me comentó cuando yo empezaba que la sala tiene que ser como un laboratorio y que ahí radica la esencia de este trabajo artesanal. Tienen que estar dadas la condiciones como para poder experimentar porque en todo caso se trata de una búsqueda, donde no hay una verdad absoluta. En ese espacio se tiene que poder probar, equivocarse, intentar, desarmar, analizar, debatir. Y eso -perdónenme adalides de la producción- son todas cosas que no pueden hacerse rápido y menos en este país donde la mediocridad y lo aparente muchas veces se premia por encima de la seriedad, decir las cosas como se piensan y sacar producciones que son admiradas por las grandes productoras.
¡Gracias a aquellos profesionales que nadan contra corriente y han permitido que DLM Internacional Colombia esté entre las grandes del doblaje latino.
Como es la primera entrada del año y este recién comienza, me gustaría despedirme con un deseo: Espero que todos aquellos que viven del doblaje a desgano -porque la gente también tiene que comer, está claro – puedan encontrar trabajo en esa actividad que les genere la pasión que no encuentran acá. Puede ser grabando música, tocando, haciendo postproducción, actuando en cine o televisión o poniendo una verdulería o joyería como me decía alguno.
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Es mi deseo también que al dejar esa vacante ocupen su lugar todos esos que quieren que esta labor sea cada vez mejor. Nuevas figuras que aman de verdad esta profesión.
También me parece que va siendo hora de que los responsables de los castings, directores y jefes de producción, piensen más en los productos y se convoque a los actores de acuerdo a su mérito, talento y experiencia -sin actuar solo por favoritismos y por su circulito de amigos- pero me parece que eso es tema da para otra entrada de este blog.
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