El nuevo periodismo que debe plantearse el periodista colombiano es; El Periodismo Constructivo.
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Me preocupo mucho cuando escucho a los jóvenes decir que ya no ven las noticias porque es demasiado negativo y deprimente o peor, porque no les interesa. Pero si lo observo con objetividad, aquí las televisiones y la mayoría de los medios, o ponen programación para tontos y música a toda hora, o solo saben ofrecer este tipo de noticias cuando más escandalosas mejor, donde si se ven cuerpos mutilados y fallecidos violentamente lo amplifican como lo máximo en sus logros. Sin olvidar la noticias para idiotas que hablan constantemente del socavón de una ciudad horadada por su abandono como es Bogotá, vergüenza de alcaldías pasadas, presentes y espero que no futuras. ¡¿?!
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¡Eso no es periodismo!
Ni siquiera entro a criticar el hecho que nuestras televisiones nacionales son más locales que la plaza del pueblo y por no invertir en actualizarse y en periodismo serio y real, no salen de las mismas cartas de la baraja en la última década jugando a Sota-na, Caballo ganador y U-Rey. ¡Siempre lo mismo!
Pero eso desde la pena que me da, no implica que nos debemos quedar en ese modelo como si de simples adornos de navidad colgados del árbol se nos tratara. Ni esas televisiones, desde el punto periodístico más profesional, se pueden considerar como competitivas ante medios de comunicación libre, actualizado y no manipulado, ni como medio generan interés trabajar para ellos como periodistas, si en algo estimas tu profesión.
Tampoco económicamente pero de nuestra hambre mandamos cada uno.
Hoy voy a hablar de otra forma de hacer periodismo, un periodismo real, fiel a los hechos, con mensajes sociales y de soluciones basadas en narraciones a partir de problemas que nuestra sociedad genera y necesita de pensamiento lógico.
Vamos al tema.
Hay una vieja máxima en el periodismo creada ya hace tiempo en Estados Unidos y por inercia hecho costumbre en el mundo (1955-1975), que fue recogido por el periodismo colombiano y como casi todo hecho fuera del país considerado como mejor, vigente en nuestros días.
Si sangra es noticia, emítela otra vez, lidérala y sácale todo el jugo hasta el final
¡Volvemos una y otra vez a la guerra de Vietnam hecha nuestra en nuestros montes de hoy!, donde las sangrientas portadas de los periódicos venden y vendían con fotografías impactantes y portadas desgarradoras en periódicos sin freno lo peor de una sociedad en nuestro caso y de la política internacional entonces.
Pero ¿Por qué? Ahora estamos en el 2019 y estoy en la obligación de decirles como veterano que el mundo ha cambiado. Y aunque yo pertenezco a la generación de los ochenta de una España sombría y oprimida en todos los sentidos, más en la información precisamente desde donde viví el renacimiento del nuevo periodismo español entre artes y formas libres de expresión de todos tipo, en donde se catapultó una democracia sólida y de la auténtica libertad de expresión, circunstancia que me dignifica en el concepto periodístico de estar asentado en la actualidad en derechos y realidades, os lo aseguro.
Mi generación, tu generación, nuestra generación, hemos y estamos rodeados, inundados por el llamado terrorismo por una parte de Colombia que tampoco dejaba ni deja, de hacérselo a la otra parte, las dos legítimas para el mundo dependiendo del qué y dónde desde el cristal interesado que se mirase. Donde el miedo a la broma sobre ciertos temas, terror por las consecuencias derivadas de denunciar al cacique de turno, más si era o es narco-político, a la negatividad del ¡Para qué! de una población inculta a la fuerza, entre una enciclopedia de razones que para simplificar contraeré en una frase; ¡A ejercer nuestros derechos constitucionales adquiridos desde el día en que nacimos o desde que pisamos suelo colombiano!
Tuvimos decapitaciones y todo tipo de aberraciones realizadas al pueblo indefenso de uno u otro lado donde para colmo bajo los terratenientes al peor modelo feudal armaron un ejército, no solo para defenderse sino para robar y hacer aún más daño desestabilizando el país si se podía más, y que el mundo vio traumatizado marcándonos como salvajes para mucho tiempo estigma que dura hasta hoy, realidades desagradables publicadas por los propios llamados periodistas sin medida y razón a todos los periódicos, ondas radiofónicas del mundo, a cada computador o teléfono celular hasta que por abuso dejó de interesar por cotidiano olvidando la masacre que se hizo a un pueblo y que tambores de guerra resuenan en el horizonte advirtiendo que la segunda parte de esta película de terror se está confeccionando en el peor de los escenarios el incumplimiento una vez más a los pactos de paz. fuera como fuese el estigma quedó grabado en la mente del mundo por el abuso descontrolados de los medios nacionales indiferente a sus consecuencias.
¡Basta Ya! ¡No queremos las noticias así! ¡No queremos ver desinformación mediatizada gratuitamente!
Ciertamente no queremos compartir ninguna noticia de ningún tipo sino crea un mensaje de aviso, alerta, de re-capacitación de conciencia,... Un mensaje constructivo detrás de la naturaleza y dureza de los hechos para nuestra sociedad, que se contraponga a esa exhibición de inhumanidad por comercio, por interés. Queremos informar pasando de lo negativo de la publicación a las soluciones. Es de lo que queremos hablar, de lo que el mundo, Colombia necesita que hablemos.
Os hablo de narraciones basadas en soluciones y periodismo constructivo.
Enfoqué toda mi carrera en buscar soluciones a problemas en la sociedad por eso la enseñanza es tan importante en el desarrollo de mi vida profesional y laboral de la que no puedo despegar de mi vida política y entrega a la denuncia social. Tanto es así que en Europa yo soy entendido por mis ideas como de derechas, como social demócrata que me considero, pero aquí, en Latinoamérica, no me queda más remedio que ser un social de la izquierda ante la desigualdad, el atropello de las clases menos privilegiadas que son la ¡Gran Mayoría del país! Y que incomprensiblemente votan no a la derecha, ni siquiera a la extrema derecha, sino al cacique de turno. ¿Me pregunto que haría Simón, Simón Bolivar si levantara la cabeza y viera este estado llamado de derecho? ¿En qué bando lucharía? ¡En el del pueblo sin duda!
Y no me confundan, ¡La dictadura de Maduro debe ser abolida en juicio supremo internacional como holocausto!
Tenemos un problema en esta comunidad periodística pues si la iglesia y la universidad centros históricos de la resistencia a la humillación del pueblo en conocimiento y sabiduría no ha reaccionado en justicia del conocimiento apartada de politiqueos, menos lo hizo el periodismo oligárquico y sumiso que hemos heredado hasta nuestros días.
Pero se puede hacer mejor sin esperar a que estos estamentos en verguenza rectifiquen, por ejemplo tú, periodista ciudadano, estudiante de periodismo, profesor con nuevas ideas, profesional de la información sin trabajo. No solo porque siento que estas son historias importantes que contar, sino porque por ahora se desempeñan mejor en las redes sociales si refrescamos y actualizamos los planteamientos.
SER POSITIVOS ES CREAR NOTICIA aunque sea de lo negativo
Si te fijas en las 10 primeras publicaciones principales de Facebook que no correspondan a los medios tradicionales, (hablo del mundo común, de ti y de mí) todos los meses sin falta, verás que abundan más las historias positivas, desde las más livianas de familias juntas celebrando cualquier cosa que les ilusiona, el nuevo vestido de la niña bonita o el viaje anhelado realizado por personas de todo tipo y desde cualquier lugar, hasta acciones de anónimos dignas de premios internacionales a la paz sin necesidad de ser presidente de ningún país enfrentado en guerra. Impera la noticia positiva para la mayoría un mundo deseoso de amor y sueños más humanos. Personas que están haciendo del mundo un lugar mejor simplemente por comunicar sus cosas sin más.
¡Entonces! ¿No creéis que este tipo de historias también son periodismo e interesan? Así que, por qué no centramos parte de nuestras comunicaciones al arte, a los sueños, a la maravilla de la cotidianidad, ¿Por qué no nos centramos en ese tipo de historias para poner como periodistas un granito de arena a un mejor futuro?
Nuestros Hashtag, nuestras presentaciones de historias, deben llevar cuatro conceptos críticos.
En primer lugar deben ser fácticas. (como fáctico me refiero al sector de la sociedad al margen de las instituciones políticas que ejerce sobre aquella una gran influencia, basada en su capacidad de presión) Trabajamos en el periodismo, somos el cuarto poder, el único que puede contra la corrupción, la política interesada, la manipulación de la sociedad y eso nos obliga a que todo debe ser generado desde el contenido exacto y objetivo pero justo.
En segundo lugar, nuestros reportajes deben ser constructivos o deben contener soluciones basadas no solo en identificar, denunciar o criticar un problema, sino en decir cómo podemos hacer avanzar en la narrativa. Aquí está uno de los secretos mejor guardados de alquimia periodística. ¡Cómo podemos hacerlo mejor!
Luego,... yo pondría por orden de importancia... Lo rica que deben ser nuestras historias por únicas. No estamos buscando historias que encuentres en cualquier otro lugar y las copies y le des tu visión sin más. Queremos como mundo, contenido original único que perfectamente puede basarse en hechos ya comentados por terceros, pero desde una perspectiva personal, original, propia para tu público que te sigue por algo.
Nuestras historias deben ser compartibles, dignas de ser vistas por grupos de amigos de los amigos y seguidores de estos. No tiene sentido crear una historia si no va a viajar en la World Wide Web. La gran diferencia entre los periódicos y la televisión mohosa de toda la vida en comparación con nuestro periodismo indiferentemente del formato en línea es esa. En la televisión y los periódicos convencionales, teníamos una audiencia cautivada por su monopolio ligado a un orden constitucional que nos ha manejado y nos intenta seguir manejando como marionetas sin capacidad de pensar por nosotros mismos. Que nos lleva en imperioso secreto a sentarnos para ver la noticia que ellos quieren contar, de la forma que quieren contarla y a la hora que ellos digan y si no aceptas, no eres digno de entrar en micasa, no trabajas.
Y así día tras día, año tras año, década tras década hasta el hartazgo, hasta que te mueras de asco o lo que sucede en casi todos los hogares de este país, no sigas noticias de estos medios evitando invecilizándote ante la mayor desinformación manipulada de la historia del periodismo occidental y moderno.
¿Pero qué pasa con aquellos que no tienen acceso a Internet?
Con el nuevo periodismo en las redes sociales todo cambia, el periodista tiene que ir y encontrar esa audiencia porque ella quiere encontrar verdades, actualidad, pensamientos libres, arte y creatividad que rebose los ceros y unos de nuestra conexión digital. Tu contenido nuevo periodista, compañero, tiene un boleto para viajar por el infinito y para que se realice con esplendor.
Pero recuerda; debe ser un contenido altamente compartible por veracidad, seriedad y valentía.
¡Queremos, tu quieres, todos queremos contenido original único!
Así que os voy a atrever a daros un consejo, sino tienes lo que hay que tener para ser periodista, siempre te queda ser contador que no deja de ser una profesión seria y necesaria en nuestra sociedad.
Amigos, compañeros, futuros periodistas, mi sociedad en conjunto, hay toneladas de organizaciones en todo el mundo que se están sumando al periodismo constructivo y al impulso de la narración basada en soluciones. Un par de organizaciones que creo que están haciendo algunas historias realmente geniales son Ozy con sede en los EE. UU. Y Upworthy que se centra en las noticias positivas.
Lo demás ya está en vosotros.
Hagamos entre todos un nuevo periodismo constructivo fiel a la noticia pero con miras más amplias de crear una sociedad a la altura de nuestros corazones.
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Nos vemos
El Profe.