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LOS PROBLEMAS PARA HACER UN PRESUPUESTO DE DOBLAJE DE UNA PELÍCULA



Es normal en el entorno profesional que rodea al mercado del doblaje, que los clientes soliciten un precio antes de incluso mandar el guión de la película que hay que traducir y sonorizar.

Cuando se habla de doblaje se habla de industria paralela dentro del mundo de la distribución y comercialización de una película independientemente que sea para cine, televisión o redes sociales. Y como tal, independiente también, por su problemática exclusiva con respecto a otro tipo de producción cinematográfica.

Como bien saben los profesionales de este entorno traductivo audiovisual, la cadena de expertos especialistas que se necesita para hacer un doblaje de una película media, está entre veinte y treinta personas, (para dibujos normalmente mucho menos) variando el número, dependiendo de la duración del film o capítulos de una serie, cantidad de personajes, género y formato del producto, entre otros factores. En pocas palabras, que valorar un trabajo de doblaje sin haber visto la película y haber analizado el guión, llevará con seguridad a equivocarse en las previsiones.

Algunas empresas conocedoras de la problemática añaden a la solicitud del servicio algunas puntualizaciones que siempre ayudan pero no son suficientes como, duración de la película, número de protagonistas o papeles principales, tiempo de entrega y formato, utilización o no de la banda internacional, etc.

Es ahí donde recae el problema para el director de producción o jefe de producción según industrias en cada país, cuando un cliente solicita un precio aproximado del costo antes de entregar ningún material. O, dicho de otra manera, solicita las tarifas para hacer “un doblaje”.

¿Cómo saberlo si todas las películas son diferentes?

Para enfrentarse a ese problema que dificulta valorar realmente la inversión que el cliente debe hacer para realizar la traducción audiovisual, se ha recurrido a generar precios que dependiendo de los mercados se tarifican diferentemente. La más extendida es valorar el costo por minuto en dólares como moneda estándar del mercado internacional.

Esta forma de cuantificar los costos se fundamenta en sacar un aproximado de todos los gastos que el estudio debe enfrentar en cada uno de los pasos y sumando al final el porcentaje de beneficio, fijar un precio de mercado. Pero aquí el problema. Cuando se pide un presupuesto de algo que difícilmente se puede valorar en exactitud pues siempre hay variables que modifican el precio, cualquier persona que se encargue de hacer la prospección valora al alta para cuidarse en salud, porque todo profesional sabe que siempre sucede algo que varía las previsiones y aumenta los gastos. Desde huelga de actores con modificación de convenios, a subida o bajada de la moneda. En medio hay un universo de posibilidades.

¡Y ahí empieza el suplicio para el Director de Producción de doblaje!


Si las tarifas que se crean por minuto son cerradas y se dan antes de que se pueda desglosar y estudiar económicamente los gastos del producto, no es rara la ocasión en que el beneficio por distintos motivos...;

solicitud de actores reputados para que doblen los personajes principales, número de personajes que aparecen en la película, traducción especializada por el tipo de género y diálogos, problemas técnicos o modificaciones de última hora de cualquier motivo y producido por cualquiera de las personas que interactúan en el producto, etc.

...no solo desaparece las ganancias, sino que el estudio pierde dinero si se tarifó mal.

Y para agravar esta realidad aún más si se puede, entramos en la lucha de precios que no (supuestamente), de calidad. Todo el mundo te valora el precio por minuto y te pide que le bajes o arañes algo porque alguien se lo da más barato. Sin darse cuenta que en muchos casos, el hecho de bajar “unos centavos” al precio ya más que ajustado, implica la muerte por asfixia de la industria local o nacional al competir en el mercado global, y más en el caso de Latinoamérica que ya somos muchos países con monedas y renta per cápita muy diferentes.

Alguien dirá que el mejor se lo llevará… ¿Seguro? México, Colombia, Venezuela y Argentina, son países punteros en calidad de doblaje, ninguno realmente si trabajas con profesionales te defraudará en los acabados y calidades de las películas dobladas. Pero el costo de la vida en ¿Argentina, Venezuela, Colombia y México son realmente los mismos? Qué decir de los demás países que se están postulando a ofertar estos servicios. Conceptos como… que existan sindicatos o no, modifican radicalmente las previsiones y realidades.

Hay muchos más factores que seguro poco a poco irán saliendo a la luz en estos reportajes que DLM internacional realiza, simplemente debéis abonaros y seguirlos, y así estar enterados.

Gracias por invertir parte de vuestro tiempo en leer mi publicación. Espero que os haya gustado.

Un saludo y nos vemos próximamente.

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