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EL MARKETING CINEMATOGRÁFICO. EL GRAN DESCONOCIDO DE LA INVÁLIDA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA COLOMBIAN



Existe una importante literatura orientada al marketing y su aplicación en la empresa desde que, en 1920, P. T. Cherington hablara de la necesidad del marketing como respuesta a la discordancia entre productores y consumidores. Realidad absolutamente desconocida por toda la re-pomposa formación académica de cine y televisión del país anclada en una identidad propia que nada tiene que ver con la realidad de los mercados. No encontraremos en ningún pensum de “Ninguna” universidad colombiana ni una hora de cátedra dedicada a este tema de vital importancia, menos un solo profesor especializado y con conocimiento, para que hablar de experiencia profesional en esta rama. ¡Qué panorama!

Desde los últimos años de la década de los ‘60 se ha editado un buen número de obras y artículos que han abordado el estudio del marketing desde diferentes perspectivas. La mayoría de estos trabajos han sido traducciones de autores anglosajones, pues quitando España ningún país latino ha sido capaz de generar el obligado binomio producto (cine/películas) y ventas, con divulgación y marketing.

Reconozcamos por muy obvio e imposible de creer para algunos sesudos representantes de la cinematografía de este país, que, dentro de las industrias culturales, la del cine es, a pesar de la crisis en la que se encuentra envuelta desde siempre Colombia, una de las más reclamadas formas de ocio en la sociedad actual. Su condición, a caballo entre cultura e industria, es capaz de generar debate y estar en la primera línea informativa, a lo que añadir, los últimos cambios de regularización que han demostrado su inutilidad una vez más por no regularizar nada. En este sentido, he considerado que hacer una serie de reportajes básicos (para qué más) donde el análisis de este sector desde una perspectiva razonada basada en la experiencia de las gestiones y actuaciones comunicativas en torno al estreno y lanzamiento de una película nacional al mundo, podría interesar a muchos inquietos y amantes de este arte.

Es de interés observar cómo el marketing cinematográfico se compone de técnicas y estrategias de atracción de consumidor de cine en las salas cinematográficas que cambian y se modelan constantemente, adaptándose a las nuevas ofertas, ocios, públicos y mercados. Para llegar a una observación simplista que cualquier estudiante de mercadeo sabe sobre que el cine como cualquier producto en un mercado globalizado se vale de las herramientas del marketing general aplicándolas a su sector con sus especificidades, debemos observar en contraposición que nuestros responsables ministeriales aunque han conseguido aumentar nuestras producciones a base de subvenciones algo de agradecer aunque reconozcamos que eso, no es crear industria pero sí trabajo para nuestros técnicos y actores, a la hora de la verdad, la base de la cinematografía se encuentra desangelada gracias una vez más a la distancia que hay entre lo que se enseña en las universidades y escuelas y pseudo escuelas de cinematografía, y lo que demanda el mercado profesional.

Mientras en otros países, como por ejemplo Inglaterra y Estados Unidos, se encuentra una gran variedad de libros y estudios sobre marketing y distribución cinematográfica, como los publicados por la Film Distributor´s Association inglesa o la Motion Picture Association americana; en Colombia, en cambio, es notable la ausencia de este tipo de análisis –limitados a estudios de carácter privado como el de la colombiana Doctora Zulma Bibiana Rojas Prieto- (Especializada en gestión de empresas y mercadotécnica, y master por la prestigiosa Universidad española Camilo José Cela en Mercadeo Internacional) quien ha considerado relevante la posibilidad de aplicar a la industria nacional este tipo de estudios, así como observar las posibles diferencias en sus contenidos y uso respecto a otras industrias internacionales.


La dirección del marketing de una empresa cinematográfica debe orientar su estrategia a generar valor de manera continuada, lo que implica dos actividades principales:

1. Seleccionar un mercado objetivo y determinar el posicionamiento deseado del producto en las mentes de los clientes a los que va dirigido éste.

2. Especificar un plan de marketing que conduzca al posicionamiento deseado.

El concepto de competencia está en relación directa con la capacidad que tienen las empresas para generar un mayor valor en el consumidor con su producto y satisfacer en mejor medida su demanda. Y esta realidad incuestionable se da de narices con la manía que tiene este país de tocar siempre los mismos temas sin pararse un momento a pensar qué es lo que quiere el público en general (nacional e internacional) para continuar en contra inercia machacando a las audiencias con las mismas letanías; narcotráfico, prostitución, guerra, paramilitarismo y delincuencia en las calles. Cine colombiano = violencia/estado

Debemos separar de una vez cultura de industria por muy ligada que vayan en el cine. Por cultura es fácil meter cualquier mono disfrazado con tetas o sin tetas; hacer constante apología del narcotráfico, etc. Por industria solo cabe aquello que sea rentable para el interés del productor en base al consumidor y por lo tanto que genere riqueza.

Colombia debe consolidar su industria de cine independiente separada de las tendencias anti culturales que la televisión nacional fomenta en los gustos de un consumidor secuestrado a dos canales nacionales, debe mejorar la distribución y difusión de sus producciones entre una población joven y exigente que está acostumbrada a consumir en las salas películas de Hollywood y que rechaza lo de siempre y lo vulgar sobre todo aquello que provenga de la televisión tradicional colombiana que tanto desvirtúa a nuestro cine al potenciar valores incultura les y de bajo perfil ético y creativo. Hay que buscar la manera ingeniosa de difundir la información acerca del cine nacional independiente separada de la nociva influencia de los repetitivos mensajes de las telenovelas colombianas actuales o deberíamos decir cutres producciones audiovisuales, que es el problema primordial que hay en nuestro país.

Hay talento de sobra en Colombia como el Ministerio demuestra con el apoyo a nuestros directores, pero sin un cambio de políticas donde el marketing ocupe el lugar que le corresponde en la industria del cine internacional, difícilmente podremos escalar este muro que durante años nos limita el tránsito normalizado a la explotación de la industria cinematográfica mundial.

Saludos

El profe

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