La universidad no enseña lo que demandan las empresas en líneas generales, menos las audiovisuales (
La última generación de jóvenes que se está criando en Colombia nació con un mantra bajo el brazo:
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"Estudia, que será la única forma de tener un trabajo, un futuro seguro". No hace falta recordar que esa frase no se atiene a la realidad actual pues estudies lo que estudies, la oferta de empleo cuando la hay, sigue siendo paupérrima y mal pagada dejando a millones de jóvenes sin manera de encontrar un empleo decente y, lo que es peor, sin demasiadas esperanzas de que alguna vez les llegue la oportunidad laboral adecuada a la profesión que han estudiado, que entre todos (Estado, universidad, sociedad en general) les habíamos prometido como recompensa si eran chic@s buen@s y estudiaban. Y toda esta promesa a unos costos prohibitivos.
Pero si este comentario se ajusta a la verdad para casi todo tipo de titulación, cuando hablamos de cine y televisión o de la tan cacareada multimedia, en estas profesiones es vergonzosa la desoladora realidad.
Y sin darle demasiadas vueltas al problema, la situación es que en los últimos años el mantra clonó: "Las universidades no enseñan lo que las empresas necesitan" y por lo tanto no hay forma de conseguir trabajo de algo que por mucho título que esgrimas no sabes hacer. Y esta, por desgracia, es la realidad al problema de nuestros futuros cinematográficos mirando el futuro de frente y con cara perro de nuestros comunicadores audiovisuales y amantes del video digital. A día de hoy, la sensación generalizada es que el sistema educativo y el mercado laboral están totalmente desincronizados. Y ese divorcio lo están pagando y duro nuestros estudiantes.
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Pero, ¿qué ha pasado exactamente? ¿cómo hemos llegado a esta situación? Y, sobre todo, ¿qué podemos hacer para solucionarlo? Todo pasa por un recorrido a través del reconocimiento de los síntomas de la enfermedad realizados por profesionales en activo que también son catedráticos en universidades, el diagnóstico de la enfermedad y, por supuesto, las posibles soluciones a la separación entre nuestro sistema educativo y nuestro mercado laboral. Todo ello bajo el prisma de los dos ingredientes que no estamos integrando en la forma de discernir la realidad en la capacidad de selección de nuestros jóvenes sobre dónde están los que engañan y los que no: las capacidades a nivel laboral y las destrezas a nivel humano y personal.
Empecemos por la base: Capacidades laborales
A nivel puramente laboral, los síntomas parecen claros e identificables: "Existe una disfunción entre lo que se enseña en las aulas y lo que demanda el mercado laboral", De hecho, "faltan perfiles para según qué puestos en el ámbito de las nuevas tecnologías aplicadas al audiovisual". ¿Dónde están los directores de fotografía como especialidad en la universidad? ¿O los jefes de producción? Ni que hablar de vestuario, maquillaje, comercio Internacional, sonorizadores y directores de doblaje, ADR, entre más de una treintena de especialidades imprescindibles para hablar de industria cinematográfica... La universidad va por un lado y la realidad empresarial y del mercado por otro.
Las universidades siguen una inercia antiprofesional sin saber y conocer el medio pues, aunque no quieran reconocerlo, la mayoría de los profesores llevan muchos años impartiendo el mismo material y no es fácil que evolucionen hacia los temas que demandan el mercado. ¿Dónde quedó la formación continuada profesional? No se trata como algunos prestigiosos entes esgrimen en un intento de justificar lo que no saben hacer bien, sobre su inversión millonaria en tecnología digital (por cierto, cada día más barata y fácil de conseguir) para decir que el nivel del centro en base a su calidad formativa es excelente.
¿Qué es lo que enseña? La mayoría de grados de las universidades realmente nunca han ejercido seriamente y el profesor que ha realizado alguna cosa (existen mínimas pero serias excepciones) es raro que haya sobresalido su trabajo a raíz de los reconocimientos del sector profesional y el público. Los demás son teóricos en muchos casos trasnochados no solo en el conocimiento sino en la forma de enseñar pues apenas son capaces de tocar la tecnología al desconocerla. Para el que todavía dude de lo dicho que mire los pensum y verá cuánta asignatura teórica de relleno hay ante la poca y deficiente práctica. El cine y la televisión como casi todo se aprende haciéndolo y si tu profesorado nunca lo ha realizado ¿Qué es lo que enseña?
¿Ustedes piensan que la universidad no es consciente de lo dicho? El problema lo conocen mejor que nadie, pero en la mayoría de los casos no son capaces de realizar los cambios dramáticos que en algunas circunstancias implica actualizarse y desprotegerse de un sistema de titulaciones académicas que supuestamente aseguran el conocimiento y el puesto laboral de sus profesores Maestrantes, Doctores y demás jerarcas coadjutores basados en conceptos trasnochados de una universidad anclada en el siglo XIX.
Hace poco, un alto directivo de una universidad prestigiosa en la capital de la Nación me preguntó en una conferencia, me imagino con la mejor intención, ¿Cual era el motivo que aseguraba que la formación que yo proponía era mejor que la que se daba en la universidad? La respuesta fue fácil. Actualmente represento a una de las muchas empresas que contratan a los estudiantes que salen de la universidad y sé lo que necesita el trabajador para hacer de DLM Internacional una empresa internacional competitiva. Actualmente nuestra relación es excelente pero esta es como ejemplo, la distancia que en la gran mayoría de las ocasiones encontramos entre las dos diferentes posiciones; académica y profesional laboral, que deberían coincidir en casi todo.
Las empresas importantes en el mundo ya no requieren de títulos universitarios y menos en el cine y la televisión. Con mis treinta y algunos años de profesión todavía no he visto a nadie que le hayan dado un puesto en una película como profesional por su título universitario, en cambio en las universidades al uso lo raro es encontrar un profesional en activo dando clases. Pero no lo dice este humilde mortal, lo asegura entre muchos el responsable de Recursos Humanos de Google, Laszlo Bock, él es uno de los grandes directivos en señalar la brecha que existe entre la formación que reciben los universitarios y las necesidades del mercado laboral. ¡Google no solicita títulos universitarios para la contratación de ninguno de sus trabajadores y directivos!
Y termino puntualizando que lejos de estar en mis posiciones de que en la Universidad no se enseña Cine y Televisión, digo que es el lugar ideal para asegurar el conocimiento siempre que se actualice.
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Para no alargar más este reportaje y volver a repetir lo que todo sabemos, invito a los responsables de la formación superior en estas áreas mencionadas del cine, la televisión y la multimedia, para que recojan en mis palabras, las de muchos, la realidad que perfectamente conocen y entre todos, profesionales en activo, catedráticos e investigadores, demos un cambio a la realidad aquí expuesta e incuestionable en sus principales líneas, y consigamos modificar y actualizar para efectivos los pensum y planes de estudios de nuestra oferta audiovisual universitaria.
Nos vemos pronto.
Un saludo.
El Profe