Carta abierta a los directivos y encargados de las Universidades de Filología, lenguas extranjeras y

¿Cuáles son las orientaciones básicas que debieran tener la formación de traductores audiovisuales y el estudio de la traducción audiovisual en la universidad colombiana tras la experiencia acumulada en España en las dos últimas décadas y a la luz de cómo se está desenvolviendo el sector y sus previsiones de futuro?
Asegurar a estas alturas del nuevo milenio que la universidad debe estar al servicio no sólo de la ampliación del conocimiento sino también de las necesidades laborales de la sociedad que la sustenta; si es necesario, es como mínimo aberrativo. Esto es especialmente cierto para las facultades de idiomas, filología y de traducción e interpretación, aunque todos sabemos que su caminar en Colombia es demasiado joven para poder enfrentarse a los retos que demanda el mercado aunque tengan encomendadas como principal, pero no única, la misión de formar entre otras profesiones a lingüistas, traductores e intérpretes profesionales.
Como profesional del sector no me siento identificado con aquella actividad académica cuyas conclusiones no son útiles para el avance de nuestro conocimiento sobre el tema, para la mejora de la calidad del trabajo profesional, para la formación de traductores o para la calidad del producto que llega al consumidor como «ciencia banal» que es como se la denomina en otros ámbitos del conocimiento a lo que figura pero no tiene ninguna proyección útil práctica y se le niega su valor como sabiduría.
En la universidad colombiana y en concreto en este sector de las lenguas, se muestra cierta tendencia a escudarse en la necesidad de hacer avanzar el conocimiento «puro», ¡Si es que eso existe o sirve para algo en pleno siglo XXI! Algo que en su abstracta concepción no es aplicado ni aplicable en su pragmatismo y que si sirve para algo, es para situarnos a una distancia segura de la prueba de fuego que para las propuestas supone a los eruditos profesores universitarios en su contraste con la realidad el conocimiento en el entorno profesional normalmente no ejercido. Hay disciplinas que ofrecen en su objeto de estudio un alejamiento suficiente del entorno profesional para enmascarar este problema; en mi opinión, éste es el caso de la traducción audiovisual pues el consumo de los productos audiovisuales traducidos es una realidad cotidiana en la vida de casi todas las personas evidenciando una actividad económica importantísima a la vez que constituye uno de los elementos de transmisión cultural más eficaces que se conocen pero que curiosamente ni se oye hablar en las facultades encargadas o responsables de este conocimiento.
Ante esta realidad, pienso que deberíamos evitar dedicar nuestro tiempo y el de los que nos leen o escuchan a discutir sobre el sexo de los ángeles. La realidad profesional, y por tanto la educativa, puede resultar muy diferente para diferentes entornos geográficos dentro y fuera de nuestro país. Esta afirmación debería haber estado clara hace años, pero, como veremos más adelante, necesita incomprensiblemente introducirse en la conciencia universitaria y en sus órganos de gobierno.
La realidad profesional es cada vez más homogénea y está menos sujeta a parámetros geográficos, Internet ya hace tiempo que barrió con las fronteras y las distancias regalando a esta profesión y sus profesionales poder trabajar desde sus casas con cualquier empresa del mundo a tiempo real. ¿Se puede pedir más a una carrera y profesión?
Aunque la realidad educativa en Colombia sigue manteniendo importantes diferencias con la realidad del mundo empresarial en plena globalización debido a la diferente extracción histórica, cultural y lingüística de sus participantes que no han querido o sabido actualizarse ante la competencia mundial. La discusión que estamos comenzando incomprensiblemente no se tiene en cuenta las peculiaridades del entorno profesional y educativo en las regiones de nuestro país por ignorancia de sus mandatarios, aunque estoy seguro que, si se les informa y quieren ser informados, sabrán filtrar para las generalizaciones actuales incorporando rápidamente este nuevo conocimiento a las cátedras y planes de estudio la propia realidad del mercado demandante.

Estoy planteando cuestiones de futuro que en estos momentos pueden parecer a algunos, como visionarias cuando realmente son anticuadas. La realidad de la producción de traducciones audiovisuales y por lo tanto de la demanda de la profesión avanza gracias a estas exploraciones en lo que todavía no es o sólo se deja percibir lo evidente y constatado por indicios para los desinformados. Lo que hoy es una realidad de mercado para algunos, son realidades y oportunidades de trabajo para todos. Por otro lado palabras para los no creyentes en el avance de las sociedades que son avaladas en su realidad por llevar 30 años en activo dando clase en diferentes universidades europeas además de gerenciar desde la activa pragmática la realización de mi profesión dirigiendo estudios de traducción, subtitulación y doblaje para prestigiosos estudios en los que destaco los propios como empresario DL Multimedia y DLM Internacional con representación en Europa y américa entre otros, que me acreditan, es mi opinión, no como experto de una previsión de futuro sino de una realidad en desarrollo al tiempo que parte de lo que hoy les presento como actual habrá dejado de serlo en días con la velocidad que la tecnología de la comunicación imprime. De aquí que a la universidad le resulte prácticamente imposible mantenerse al día en sectores con un avance tecnológico tan rápido como es el audiovisual, más sino hace ningún esfuerzo. Esta verdad incuestionable hasta para los más cínicos, hace que las posibilidades de que la universidad realice investigación aplicada en este campo sean casi pura quimera para todo aquello que para resolverse precise algo más que recado de escribir y una botella de coñac.
Si la industria internacional que demanda incansablemente traducción audiovisual y multimedia hubiera de esperar a que la información tecnológica se difundiera y asimilara en la universidad colombiana para poner en marcha los nuevos avances, la industria se paralizaría. Como ejemplo de lo que estamos comentando, bastaría con recordar los casos de Internet y el vídeo online como formato estrella, el vídeo bajo demanda, o streaming ligados con la www., aunque la transmisión por satélite y cable ofrezca los mismos servicios, las memorias de traducción pertenecientes al siglo pasado pero en formato online y en abierto, el cine en soporte digital o los productos multimedia llámenle incorrectamente videojuegos por ser su espectro en su definición inmensamente más amplio.
De aquí podemos deducir que la universidad colombiana, lo extenderé a Sudamericana para que no suene demasiado inquisidor con lo nacional, para sobrevivir en este torbellino tecnológico depende de la industria y vive una vez más de espalda a ella. Sobrevivir para la universidad va a significar “seguir siendo útil en la formación de los profesionales que la industria necesita” y por lo tanto va a significar también para la universidad, que su investigación y su reflexión teórica sean útiles para el avance tecnológico. Si la formación y la investigación sobre la traducción especializada para medios y formatos audiovisuales se hacen únicamente en las empresas, la universidad deja de ser útil y se convierte en un elefante blanco en el caso de las públicas y un pavo real cojo para las privadas.
Para aquellos encargados e investigadores lingüísticos o relacionados con la traducción iré generando reportajes que ayuden desde mi humilde conocimiento a abrir los ojos a una realidad que lleva latente más de treinta años y que además de generar muchos puestos de trabajo para nuestros estudiantes y el sector, colocaría a Colombia en el centro del mundo de la traducción audiovisual en el mercado Hispanoamericano.

En futuros reportajes, intentaré definir el campo de lo audiovisual, sus perspectivas profesionales y la repercusión de todo esto sobre nuestro trabajo en las facultades de idiomas, filología y traducción e interpretación.
Laurentino.m@dlminternacional.com